Atlas de festejo por su 108 aniversario

Recuperar la cantera está entre los proyectos de la institución rojinegra.

MILENIO 

Este jueves el equipo de Atlas se encuentra de manteles largos por su 108 aniversario.

Los Zorros viven una etapa de cambio, a nivel directiva, con nueva casa y tratando de resurgir de entre las cenizas luego de un año de malos resultados.

El crédito por el bicampeonato ha terminado, sus aficionados necesitan de nuevas alegrías y la gente de la parte deportiva encabezada por Germán Brunati y Beñat Jose, tratan de llevar hasta esas tierras al club.

Es un hecho que en este aniversario, una de las prioridades, es recuperar la cantera, que por años se ha mantenido fuera del foco de atención, con algunos prospectos nuevos, pero ya no con futbolistas en gran masa como fue en otros años.

Para ello se construyó la Academia, que se inauguró en septiembre del año pasado y que es uno de los complejos más importantes en Latinoamérica, de donde los Zorros buscan sacar provecho.

Ahí se forjan las nuevas generaciones de rojinegros, aunque el proceso no se concretará de la noche a la mañana, pero es importante comenzar a dar algunos pasos para que no se deje al Atlas de lado en cuanto a la creación de nuevos talentos.

Para este aniversario, la directiva ha planeado algunos eventos privados en sus instalaciones, a la espera por el regreso del torneo de liga el sábado 24 de agosto recibiendo a Pumas.

¿Cuál es la historia de la fundación de Atlas?

Fue el 15 de agosto de 1916 cuando se fundó el equipo Rojinegro, en un contexto de la Revolución donde las personas europeas llegaban al país debido al atractivo de recursos que existían.

Una de esas familias fue la de Manuel Cortina, quien llegó desde Madrid, España. Con dos hijos, uno de ellos Juan José Cortina, practicaba el futbol en Inglaterra, por lo que, a la muerte de su padre, tomó las riendas de las propiedades, y poco tiempo después, decidió invitar a las familias Fernández del Valle y a los Orendain, donde se pactó el inicio del club que trascendería hasta nuestros días. “A mí me tocó bautizarlo con el nombre de Atlas, pues nuestro entusiasmo era tal que ya nos creíamos el sostén del mundo”, recordaba Juan José sobre el nombre “Atlas”.