María Elena duda de la justicia: a casi 5 años del ataque que sufrió, denuncia irregularidades en su proceso en Oaxaca

La saxofonista oaxaqueña fue víctima de un ataque con ácido, una de las manifestaciones más extremas de la violencia de género

HERALDO DE MÉXICO 

Los avances en torno al reconocimiento y erradicación de la violencia de género se han visto en actos como el hecho de que recientemente en el estado de Veracruz se aprobó la llamada “Ley Malena” para tipificar como delito los ataques con ácido. Lamentablemente, las voces de las víctimas siguen sin ser del todo escuchadas. Prueba de ello es la misma María Elena Ríos.

Y es que a casi cinco años desde que la saxofonista oaxaqueña sobrevivió a un intento de feminicidio perpetrado con ácido en Oaxaca, sigue enfrentándose a toda una serie de obstáculos y actos revictimizantes que no le han permitido tener pleno acceso a la justicia. En El Heraldo de México, entrevistamos a Malena, quien pese a todo, no deja de seguir al pie de la lucha.

¿Qué le pasó a María Elena Ríos y quiénes son los presuntos responsables?

El 9 de septiembre del año 2019, la saxofonista y activista oaxaqueña, María Elena Ríos Ortíz, fue víctima de un ataque con ácido en el municipio de Huajuapan de León. Tras sobrevivir al intento de feminicidio, ha dedicado gran parte de sus días a luchar para tener acceso a la justicia contra sus agresores.

Con base en el testimonio de María Elena Ríos, en su caso estuvieron implicados cinco presuntos responsables. No obstante, como posibles actores intelectuales se encuentran el exdiputado Juan Antonio «N», quien permanece en prisión preventiva así como su hijo Juan Antonio Vera Hernández, actualmente prófugo de la justicia.

María Elena señala irregularidades en las audiencias de su proceso

A casi cinco años de que María Elena Ríos fue víctima de un ataque con ácido, su caso se encuentra en la etapa de un juicio oral. Aunque con ello se busca que pronto se obtenga una sentencia condenatoria contra Juan Antonio «N», la activista ha señalado que a lo largo del proceso se ha enfrentado a múltiples irregularidades.

De acuerdo con la joven música, las inconsistencias se han hecho presentes desde el Tribunal Superior De Justicia Del Estado De Oaxaca —encabezado por la Magistrada Berenice Ramírez Jiménez—. En este sentido, Ríos Ortíz denunció que en lugar de asignarle un tribunal colegiado con perspectiva de género, le asignaron un juez unitario identificado como José Gabriel Ramírez Montaño.

Asimismo, María Elena Ríos señala irregularidades en los argumentos que presenta la defensa de su presunto agresor,  consideraciones y privilegios para el mismo así como todo un sistema de machismo y  misoginia que hay en las instituciones y en la sociedad en sí.

A ello se le suma que la activista señala que se ha difundido información privada en el estado de Oaxaca que la ha llevado a ser revictimizada. En este sentido, expresa que se desestima la violencia que vivió y se extiende un discurso basado en que ella “sólo busca dinero” en su proceso.

“Están diciendo que yo quiero 885 millones de pesos haciendo sólida la narrativa de los defensores (…) que yo no tengo nada, que sólo quiero dinero. Esa ha sido la narrativa ‘María Elena no tiene nada, sólo quiere dinero’”.

No es cuestión de dinero… las cicatrices de la violencia ácida

Con base en la definición dada a conocer por la fundación Carmen Sánchez, un ataque con ácido es un tipo de violencia feminicida que consiste en arrojar cualquier sustancia corrosiva al cuerpo o rostro de una mujer. La organización agrega que este tipo de agresiones atenta contra derechos básicos como la vida, la integridad y la libertad.

Aunque apenas en tiempos recientes se ha comenzado a visibilizar, este tipo de agresiones dejan cicatrices profundas que no sólo se limitan al nivel físico. Porque si bien las víctimas se enfrentan a lesiones de gravedad, también tienen que hacer frente a tratamientos de altos costos, largos procedimientos legales, revictimización y estigma social.

«Las sobrevivientes no son menos víctimas.  Porque el Estado, los Tribunales a través de sus jueces y magistrados, pareciera que te hacen sentir menos víctima e incluso, te hacen sentir que está mal sobrevivir, porque no se puede acreditar un delito y nos orillan a justitificar un estado de víctima».

No sólo son víctimas una vez: la revictimización en casos de violencia ácida

Como si no bastara el hecho de que los ataques con ácido sean considerados de los actos de violencia más visibles y extremos que existen, en México, las víctimas de este tipo de agresiones se enfrentan a la revictimización por parte de autoridades, instituciones y la sociedad en general.

En su caso, María Elena, además de tener que hacer frente a los retardos en su acceso a la justicia, ha pasado por momentos revictimizantes en sus audiencias tales como el pedirle que “se apure” a contar su testimonio”, el que le tomen fotografías sin su consentimiento  o el haber sufrido burlas en sus encuentros judiciales.

Incluso, factores como el ser de piel morena o el nivel socioeconómico que tiene, se han convertido en obstáculos para que su caso no se resuelva rápidamente. Esto aún cuando la Ley General de Víctimas señala que las estas, tienen derecho a la verdad, la justicia y la reparación del daño. A Malena no se le han garantizado.