Cuidemos a nuestros adolescentes del consumo de alcohol a temprana edad

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019, señala que el consumo en ese año de bebidas alcohólicas entre los adolescentes de 10 a 19 años es de 29.8%.

MILENIO 

El 15 de noviembre es denominado como el Día Mundial sin Alcohol por la Organización Mundial de la Salud (OMS), esto con el fin de que las personas se hagan responsables, sobre todo de adolescentes y jóvenes de todas las regiones del mundo, para controlar el consumo de esta sustancia y hacerlos conscientes de sus consecuencias.

Cecilia Martínez López, directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Torreón, explica que el alcoholismo es una enfermedad que se adquiere con el paso del tiempo y que se caracteriza por dos aspectos importante: el abuso de la sustancia, iniciando regularmente a edades tempranas, y que genera tolerancia en el organismo y cada vez se requiere mayores cantidades de la sustancia.

“Esta enfermedad es de larga duración y afecta de manera física, emocional, social y familiarmente tanto al sujeto como las personas cercanas a la persona. El alcohol es una droga que cumple con dos factores: es capaz de desarrollar adicción y que, al introducirse en el organismo, van a provocar alteraciones físicas, emocionales y de comportamiento”, declara.

Menciona también que esta es la única droga legal en el mundo que si se consume moderadamente en organismos sanos, no necesariamente genera adicción, factor por el cual es legalizado. “Es de la única que podemos hablar de consumos moderados y responsables, pero no por eso se exenta de tener un problema”.

En México, el alcoholismo en adolescentes es un problema que se vuelve más grave cada día. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019, señala que el consumo en ese año de bebidas alcohólicas entre los adolescentes de 10 a 19 años es de 29.8%.

​En el caso local, Martínez López indica que en el CIJ Torreón se atendieron hasta finales de octubre 2024 a 1350 personas entre pacientes y familiares, los primeros siendo casi 640 adolescentes, donde el 80% tienen un problema con el alcohol, ya sea problemático, de abuso, o de dependencia.

“Por edad, generalmente no hacemos diagnóstico de alcoholismo a adolescentes, porque en la transición antes de desarrollar la enfermedad es donde se encuentran este tipo de chicos que abusan de la sustancia, pero esto es antes de tener la enfermedad. Tenemos muchos que tienen consumos explosivos del alcohol, de secundaria, preparatoria y universidad, sabiendo que los primeros dos del grupo lo hacen de manera ilegal”.

Las consecuencias de que los adolescentes comiencen a consumir alcohol, informa Cecilia, son múltiples, desde alteraciones en su capacidad de juicio, tomar decisiones riesgosas, conductas impulsivas, abre la puerta al consumo de otro tipo de drogas, y altera mucho las emociones al ser depresora, lo que exacerba las emociones de las personas.

Recomendaciones para la prevención

Sugiere para la prevención del abuso de la sustancia en ese parámetro de edad es que los padres tengan claridad en las reglas, normas y límites que se les transmiten a los hijos. “Se debe tener una plática sobre el tema. Es el deber ser de las familias: hablen de las reglas que se tienen respecto al alcohol, de las consecuencias que se derivan de esta regla”.

En el caso de que el hijo ya entre a la etapa adulta que deciden beber, se debe hablar sobre el consumo responsable, no beber más de cuatro copas, no hacerlo antes de comer, no consumir con emociones disparadas y cuidar los espacios de recreación en los que se manejan.

“Para muchos adolescentes y adultos asocian el alcohol con la diversión y hay que desarticular esa creencia, pues ya existen muchas personas que ya no conviven igual sin consumir, y eso es algo preocupante. Hay que retardar la ingesta de bebidas embriagantes lo más que se pueda e informar a los adolescentes, dándoles alternativas de diversión saludable”.

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