Daniel Méndez busca poner en circulación grúas y Urban que terminarán siendo su negocio.

Carlos Luis Santiago.
Con el poder en la mano y cobijado por la impunidad que lo caracteriza, el Presidente Municipal de Salina Cruz, Daniel Méndez Sosa, vuelve a mostrar su doble moral, traicionando los principios que tanto predica de no robar, no mentir y no traicionar.
En esta ocasión, está obligando a los regidores a avalar en sesión de Cabildo un acta que le autoriza el uso de grúas y camionetas urban, supuestamente “para beneficio del pueblo”. Sin embargo, este tipo de acciones, bajo un manto de aparente legalidad, terminan beneficiando intereses particulares, como ya ocurrió en su momento con el servicio de ambulancias municipales, que después se convertirá en un negocio personal.
Este mismo actuar, que raya en el autoritarismo, ya tuvo consecuencias en su primer periodo como alcalde, cuando la entonces Secretaria Municipal, Liz Adriana Velásquez Zárate, fue despedida injustamente tras negarse a elaborar actas de Cabildo irregulares.
La negativa de Velásquez Zárate no fue más que un acto de integridad y respeto a la legalidad, algo que al parecer estorba a quienes buscan imponer decisiones a costa del interés público.
Hoy, Daniel Méndez repite la fórmula: presiona, manipula y traiciona la confianza de los ciudadanos, disfrazando de “bien común” lo que parece ser otro proyecto con fines lucrativos personales. No es coincidencia que, al igual que con las ambulancias, ahora busque poner en circulación grúas y camionetas urban que muy probablemente terminarán siendo parte de un negocio privado.
La ciudadanía merece un gobierno transparente y comprometido con la verdad, no uno que abuse de su autoridad y busque beneficios personales bajo el discurso de la moralidad.