Instrumentos de guerra, las armas que a EU le preocupa que se trafiquen a México
El ICE de Estados Unidos identificó tres armas de fuego como su principal preocupación en caso de llegar a manos de la delincuencia organizada en México.

MILENIO
Armas de guerra, de alto poder, de precisión y de gran alcance fabricadas en Estados Unidos se colocaron al centro de las preocupaciones del gobierno estadunidense, por fortalecer el crecimiento de los cárteles mexicanos de la droga y el constante flujo ilegal de estas armas.
En 2020, la operación Without a Trace, una iniciativa contra el tráfico de armas con el Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE) a la cabeza, nació como un esfuerzo interagencial de Washington que buscaba frenar el fenómeno desde la raíz, comenzando por las tiendas de armas al menudeo.
El plan se mantuvo como la bandera del gobierno estadunidense para el combate al tráfico de armas de fuego, combinando a otras agencias como la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) Y la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), y con la que identificó a tres armas de fuego como la principal preocupación en caso de llegar a manos de la delincuencia organizada en México.
La primera arma de ellas era la ametralladora M134, con medidas estándar de la OTAN y calibre 7,62×51 milímetros, que alcanza un ritmo de fuego de entre 2 mil y hasta 6 mil disparos por minuto. Se le conoce como minigun porque tiene un diseño más pequeño que otras armas de fuego que usan barriles rotatorios para disparar. Se trata de un artefacto que es fijo, se usa en una base normalmente colocada en trincheras, edificaciones e incluso vehículos.

Después se encuentra la ametralladora ligera M249, Arma Automática de Escuadrón (SAW por sus siglas en inglés). Un arma de fuego de 5.56×45 milímetros con una amplia capacidad de fuego, portabilidad y precisión. Según ICE, “la M249 se ha visto en acción en todo conflicto mayor que involucre a los Estados Unidos, desde la invasión a Panamá en 1989.”
Al final se enlista la Barrett M82A1, calibre .50, la favorita de los cárteles. Con control de retroceso, un sistema semiautomático de disparos antimateriales y que, a pesar de su diseño “es comúnmente usado por las Organizaciones Criminales Transnacionales como sistemas antipersonales.”

Por último, el reporte también determina que gran responsabilidad del tráfico de armas de fuego recae en las tiendas de armas de fuego, quienes no han cumplido con una serie de requerimientos para reportar las compras de armas con efectivo, para poder rastrear a los compradores intermediarios, es decir, a quienes adquieren rifles, pistolas, fusiles y demás armas, para después revenderlas de forma ilegal a alguien que se encarga de trasladarlas al sur.
“La industria estadunidense de armas de fuego al menudeo ha fallado consistentemente en adherirse a los requerimientos de reportes de efectivo bajo el Título 31 (forma 8300 del FinCEN). Las compras de intermediarios siguen anónimas debido a esta falla endémica para reportar”, concluye el informe