Día del padre | ‘No calcetínes, échenle ganitas: perfume, tenis, comidita’
“Échenle ganas, de todas maneras nosotros pagamos nuestro propio regalo”, recordó el payasito

EXCLESIOR
“Échenle ganitas”, pidió el payasito Gangolín. Con un megáfono en mano salió por las calles de su colonia… “No queremos calcetines ni corbatas”.
Gangolín Patas Flakas se adelantó una semana antes del Día del Padre a su petición y solicitó, “de favor” que le invirtieran al regalito.
Por favor este año inviertan… échenle ganas”, gritó por el megáfono mientras firulais le acompañaba.
En el video subido a su cuenta de TikTok se apreciaba de fondo una barda con el nombre de Karla Martínez para diputada…
¿Qué pidió el payasito Gangolín?
Por favor, un perfume, unos tenis”.
Y lanzó la frase célebre:
Échenle ganas, de todas maneras nosotros pagamos nuestro propio regalo”.
Sin embargo, si “tienen muchas ganas para el festejo, una comidita se les va a agradecer”.
El mensaje tenía destinatario.
@payasogangolin Nada más la verdad ☺️ #keloke #gangas #viralreel
Origen del festejo
La idea de celebrar el Día del Padre surgió en el año 1910, encabezada por Louise Smart Dood, una mujer estadounidense que intentaba lograr el reconocimiento del papel de los padres en la sociedad.
Fue hasta 1972 que se oficializó el tercer domingo del mes de junio para brindar un homenaje a los padres. Es por ello que en la Secretaría General del Consejo Nacional de Población presentamos algunos de los datos más importantes de los padres en nuestro país.

El modelo de paternidad
La paternidad es concebida tradicionalmente como un ejercicio de autoridad y provisión en el hogar. Debido a estereotipos y roles de género, según los cuales a los hombres les corresponde el papel de proveedores de recursos generados fuera del hogar, mientras que a las mujeres les toca ser administradoras de los mismos y servidoras de diferentes tipos de cuidados en el hogar, se ha establecido un patrón de paternidad donde el padre, generalmente ausente por cuestiones de trabajo, es visto por hijos e hijas como un dispensador de dinero y autorizaciones.
Este patrón excluye a los hombres tanto de las tareas relacionadas con el cuidado de sus hijos y del hogar, como de las posibilidades de disfrutar de relaciones más íntimas y cálidas con su familia.