Ni una bala más’, exigen tras entierro del ‘Güerito’

MICHOACÁN

Con profundo dolor, el pueblo de Apatzingán, Michoacán, despidió al pequeño “Güerito”, por quien se han declarado tres días de luto en todo el municipio.

En su honor, el mensaje fue fuerte y claro: “ni una bala más”.

Juan Carlos Chiprés Aburto, de apenas cinco años de edad, murió víctima de una bala perdida disparada el último día del 2020, la que recibió cuando ya dormía en su cama.

El techo de lámina de la humilde vivienda situada en la colonia Pénjamo, no pudo detener el impacto que le provocó la muerte inmediata.

Entre música, globos blancos y la pelota amarilla que había pedido a los Reyes Magos y con la que nunca logró jugar, sus papás, hermanitos, familiares, vecinos y gente que conoció la tragedia y acompañó a familia, velaron durante todo el primer día del año y hasta las primeras horas de este sábado al “Güerito”, como cariñosamente era llamado Juan Carlos Chiprés.

La muerte de Juan Carlos consternó a toda la Tierra Caliente de Michoacán y en los lugares donde se ha conocido la noticia.

Las redes sociales se volcaron en emotivos e indignados mensajes de apoyo a la humilde familia del “Güerito” y otros lo hicieron de manera presencial.

Taxistas organizados de Apatzingán se presentaron al velorio, cuando entregaron al padre de Juan Carlos el dinero que habían reunido, su mensaje fue irrumpido: “este es un apoyo económico, sabemos que no le va a regresar a su hijo…”, el vocero recibió el fuerte abrazo del progenitor del “Güerito”; ambos hombres lloraron.

En rueda de prensa, las autoridades condenaron la tragedia. A pesar de las acciones preventivas para evitar esta práctica y de los operativos desplegados después de la muerte de Juan Carlos, no hubo detenidos.

José Luis Cruz Lucatero, presidente municipal de Apatzingán, justificó que este fin de año, “hubo disparos pero muy debajo de lo que ha venido ocurriendo en otros años”.

A iniciativa de la Iglesia Católica, fue declarado luto en el municipio de Apatzingán.

Monseñor Cristóbal Ascencio García, obispo de la Diócesis de Apatzingán, informó que propuso mínimo tres días de duelo “en esta sociedad de Apatzingán, porque es la sociedad, si no toda, una parte de la sociedad, la que ha ocasionado esta muerte que es un delito”.

El obispo de la Diócesis de Apatzingán dijo que no es la primera vez que ocurren hechos así, dijo que en seis años que tiene laborando en Apatzingán, “mínimo creo que son tres personas que han muerto de esta manera, por estas balaceras”.

El llamado final de las autoridades y de la Iglesia, fue en el sentido de romper con esta tradición que atenta contra la vida.

También, convocaron a colocar un moño negro en las puertas de los hogares, como una señal de repudio a la práctica que le costó la vida al pequeño “Güerito” y para expresar su solidaridad al dolor que hoy invade a esta familia michoacana.