En su rato libre, este señor construyó un raro castillo con maniquíes partidos a la mitad

Durante 35 años, Halman regentó una tienda de disfraces en la localidad vecina de Zwolle y pobló su castillo de todo tipo de personajes

HERALDO DE MÉXICO

En el pueblo de Blesdijke, un castillo de cinco plantas sobresale en medio del paisaje plano de Países Bajos. Pese a su aspecto medieval, la imponente fortaleza ha sido construida por un vecino del lugar, el Señor Gregorio, desde hace más de tres décadas y con una inmensa dosis de fantasía.

El neerlandés de 76 años entretiene a sus invitados en este enorme castillo que ha construido en el fondo de su jardín, decorado con caballeros, damiselas y un dragón producido a partir de metal reciclado.

 

El propietario del lugar, cuyo verdadero nombre es Gerry Halman, ha dedicado 34 años a levantar este edificio en el norte del país, bautizado Olt Stoutenburght, minuciosamente construido con materiales procedentes de decenas de países.

«Una mañana en 1990, le dije a mi mujer: ‘Estoy preparado. Tengo la imagen completa. Sé el aspecto del edificio, de arriba a abajo», cuenta a la AFP este jubilado bigotudo y con un gorro de piel.

Desde entonces, construir y amueblar el castillo se convirtió en su «pasión». Viajó por todo el mundo para encontrar los materiales adecuados y dar forma a lo que había imaginado.

Una lámpara de araña metálica traída de Estambul y unas barandillas de estilo «art nouveau» encontradas en Libia decoran el gran vestíbulo. Unas señales grabadas en madera que proceden del vagón restaurante del Orient Express invitan a los invitados a no orinar en el suelo.

 

La biblioteca contiene cientos de libros de arte e historia. En el escritorio hay una pistola de duelos y un puñal tradicional de Indonesia.

Durante 35 años, Halman regentó una tienda de disfraces en la localidad vecina de Zwolle y pobló su castillo de todo tipo de personajes: sobre todo caballeros con armaduras resplandecientes, damiselas en apuros y una estatua de la diosa griega Afrodita.

Coronando la construcción de 26 metros de altura hay un dragón fabricado con cientos de trozos de metal reciclado, en un guiño a la cultura china en la que dice haberse inspirado.

Junto al dragón, una cobra también de metal recuerda los faraones del Antiguo Egipto.