Poseidón vs. Chaac o a quién diablos culpamos de las lluvias
“¡Wueputa, Poseidón, por tu culpa vino la lluvia!”, reclama un pescador. Para muchos, una broma que se salió de control; para otros, un debate sobre la identidad y tradición mayas.
MILENIO
“Amigos de Progreso, mándenos fotos para comprobar que el Poseidón sigue allí”, escucho decir al locutor en la radio de un camión que va rumbo al puerto. Es la tarde del 3 de julio, un día antes de que llegue a la península el entonces temido huracán Beryl. Desde la mañana, en Mérida, he visto cómo circulan memes en redes sociales, fotografías de la estatua siendo retirada por hombres en shorts, así que decido ir a comprobar si un grupo de valientes yucatecos habían vencido al dios griego de los océanos.
Julián Zacarías Curi, el alcalde de Progreso, el puerto más importante de Yucatán que presume el muelle más largo del mundo, inauguró frente al mar una cancha de básquetbol a la que nombró Poseidón. Llamó la atención por ser totalmente rosa, en un intento por emular Venice Beach, California. Pero fue hasta el mes de mayo cuando, de un día para otro, sin que alguien lo hubiera previsto, amaneció una escultura de tres metros, mar adentro, de Poseidón. Algunos dijeron que era un acto de megalomanía del alcalde, que se identificaba con aquella figura de fibra de vidrio construida casi al término de su mandato. Paradójicamente, Zacarías Curi comentó que la figura traería paz a las aguas del puerto de Progreso.
Semanas después comenzaron las fuertes lluvias e inundaciones. Llegó la tormenta tropical Alberto. En TikTok, la gente comenzó a adjudicar los estragos a la furia de Chaac, el dios del agua, el relámpago y la lluvia, por haber construido en aguas mayas una estatua que venera al dios de la mitología griega. La imposición Poseidón resulta aún más absurda después de que Zacarías Curi dejará sus funciones como alcalde para tomar una candidatura tras registrarse como candidato “indígena” del distrito 02, que terminó perdiendo.
La controversia escaló con la aparición de Beryl, especialistas alertaron que en tiempo récord había alcanzado la categoría 5 en dirección a Jamaica. Según los pronósticos, se esperaba que tocara la península la noche del 4 de julio. Un usuario de Facebook publicó un evento para derribar al Poseidón, en el que más de 31 mil internautas confirmaron su asistencia. El meme se salió de control hasta el punto en que el organizador bajó el evento tras aclarar que se trataba solo de una broma y que, además, había recibido amenazas.
Durante días le insistí a Chapa Balam Diaz, el escultor del Poseidón, que me concediera una entrevista. A lo que solo me dio largas, probablemente agobiado de que su escultura ya era noticia nacional. En su página personal, el 21 de junio, un contacto le escribió en su muro: “Chapa Balam Diaz ya ve a calmar ese pedo entre Poseidón y Chaac. ¡Que ya le bajen!” A lo que el artista respondió: “no vuelvas a alterar el avispero”.
▶️ En #Yucatán, los ciudadanos realizan compras de emergencia para prepararse para la llegada del huracán 'Beryl' en la entidad; se espera que impacte el jueves en la noche o en la madrugada del viernes
📺 Los detalles con @SeleneFlores_ pic.twitter.com/OpBT6zeTsC
— Milenio (@Milenio) July 4, 2024
Un día antes del supuesto atentado contra Poseidón, entrevisté a una familia que viajó desde Mérida solo para tomarse una foto con la escultura, habían escuchado rumores de que sería retirada por personas furiosas. Platiqué con Bertha mientras su yerno se arremangaba los jeans para entrar al mar junto a su hija y su nieto. Bertha decidió quedarse en la playa a tomar la fotografía porque le tiene respeto al mar, sobre todo desde aquel día en que la corriente se quiso llevar a sus seres queridos, a los que afortunadamente regresó.
El clima es perfecto para vacacionar, hay turistas por todas partes, lo que contrasta con el monstruo de viento que viene en camino. Le pregunto a Bertha si algo tiene que ver la furia de Chaac por lo del Poseidón. Responde pero el viento arremete contra la grabadora haciendo ininteligibles las palabras, dice que no cree que el huracán y las lluvias tengan algo que ver con una lucha entre dos dioses antiguos. Cuando pregunto si se encuentran preparados para el siniestro, el viento se apacigua:
—Compramos alimento, galletas, azúcar, café, leche, agua y refresco para los niños. He visto que después de tanta calma… a veces es peor —dice con severidad.
Entonces recuerdo que ayer, en la farmacia, una mujer dijo al pedir un medicamento: “Denme todas las cajas que tenga”. Me pareció egoísta y exagerado, pero escuchando a Bertha pienso que quizá yo debí hacer lo mismo con mis medicamentos. Y el papel de baño.
“¡Wueputa, Poseidón, por tu culpa vino la lluvia!”
A pesar de la amenaza, el día todavía es perfecto para vacacionar. David, yerno de Bertha, guio a su familia con el agua hasta la cintura para que lograran sentarse en la base de la escultura. El nieto viste de Spiderman y la escena se parece más a un parque de atracciones de Marvel que a una playa yucateca.
Sandra, hija de David, es estudiante de Gastronomía y de no estar aquí estaría en casa haciendo la tarea. Le pregunto si las lluvias tienen que ver con Chaac, deidad que aparece representada con cuerpo humano, cara larga, nariz prominente y colmillos curvos que se relaciona con las serpientes. Es el equivalente a Tláloc de los mexicas.
—Probablemente, quizás sí, quizás no. No soy muy creyente pero también hay que respetar. Cuando lo pusieron comenzaron las lluvias. Me puse a investigar y él —lo señala con el dedo— es un dios griego y nosotros somos de dioses mayas. Chaac se ofendió y ahorita estamos pasando cosas… Hubieran puesto mejor a Chaac que al Poseidón.
David es paramédico, es un hombre moreno, de cejas marcadas y fornido que da la impresión de ser capaz de levantar cualquier cosa colosal, dice que quiso aprovechar la tarde con su familia antes de ser ‘encuartelado’ en la base durante 48 horas.
—Quise dejar a mi familia preparada y disfrutar hoy porque mañana no sabemos…
Entiendo la gravedad de sus palabras. En su trabajo tiene que dar rondines durante las lluvias y salir a auxiliar después de los siniestros. David se irá a trabajar mañana tranquilo, sabiendo que dejó con provisiones a su familia, las láminas las dejó amarradas, así como el tanque de gas, en caso del peor de los escenarios.
Son muchos los yucatecos quienes han compartido la manera de prepararse. Circulan numerosas fotos de tinacos marcados con plumón en caso de que salgan volando, “¡Tengo dueño, pelaná!”, escriben y dejan su número telefónico. Al preguntarles a un par de pescadores sobre el muelle qué piensan del huracán, se sueltan a reír y me miran con una cara que dice “este nos vio cara de tontos”.
—El otro día vino un muchacho a gritar “¡Wueputa, Poseidón, por tu culpa vino la lluvia! —dice Fabian Chin, pescador veterano y reacio, como personaje de Hemingway.
Hablamos de temas más serios, que los huracanes limpian el fondo de los mares y hace que sea más difícil pescar. Javier Noh, con una gorra de los Rolling Stones, agrega:
—No le importamos al alcalde los pescadores. Ahora todo tiene dueño, ya hay un pedazo en donde no puedes ni cruzar a la orilla porque es propiedad —dice y reclama que se gaste el dinero público en la construcción de un atractivo turístico, como una estatua, en vez de arreglar el muelle de pesca del que depende la economía de los locales.
Según Marcos Pech Naal, del Instituto Municipal para el Fortalecimiento de la Cultura Maya, que me pidió agregar que habla a título personal, la disputa Chaac vs. Poseidón se trata de una campaña de marketing que resultó muy exitosa: Netflix y Playstation ya subieron memes al respecto. Marcos opina que desde un inicio la estatua no debió construirse y resulta indignante esta falta de respeto a la cosmogonía maya aun después de que, en 2022, se decretó la lengua maya como Patrimonio Cultural Intangible para Yucatán.
—Creo que sería bueno escuchar la voz de los verdaderos dioses mayas. Los verdaderos Jmeeno’ob [sacerdotes mayas]. Mucho de la culpa del clima tiene que ver con los sacerdotes chafas que invocan al viento y a dioses que nada que ver […]. Faltó asesoramiento al ayuntamiento. No sé si el asesor del alcalde sea de aquí o de otro país.
Le pregunto si cree que estamos en medio de una contienda divina:
—No estaría lejos de ser cierto, no puedo afirmarlo, pero en el pensamiento maya no estaría descabellada la idea de que tenga que ver. Me hubiera gustado que nunca lo hubieran puesto. Entre tantos dioses mayas… Debió revalorizarse la cultura maya —dice y se despide antes de que oscurezca: debe subir al techo para amarrar su tinaco.
Las noticias del internet vs. Poseidón
El ciclón terminó tocando tierra como categoría 2. Una noche antes, Mérida se encontraba vacía, salvo por aquellos que realizamos compras de emergencia de última hora. En el súper un hombre llenó su carrito de decenas de latas. El cajero me aseguró que no pasaría nada. Tuvo razón. A pesar de quedarnos sin electricidad por varias horas, las plantas de luz de gasolina de algunos vecinos hicieron más ruido que el propio huracán. En el norte de la ciudad, dos personas fallecieron bañadas en gasolina, instalando estas plantas de luz.
Unos días antes de todo, camino por la playa en busca del Poseidón. En el recorrido me encuentro con César y un amigo suyo. Ambos vinieron de visita, desde el norte de Veracruz, querían cerciorarse de que la estatua continuaba de pie.
—Te dije que allí seguía —dice César a su amigo.
—¿Cuándo escucharon que la habían retirado?
—Las noticias de internet. Vi las imágenes de que lo habían quitado y ya estando aquí cerca decidimos venir —dice y entrecierra los ojos—. ¡Allí está, señalando al horizonte!
Tapo mis ojos con una mano para que la luz del sol no me ciegue y es verdad. Después de todo, el poder de las fakenews.
Al llegar me encuentro con al menos tres medios de comunicación, decenas de personas y un puesto ambulante. Bernardo instaló su negocio de congeladas y chicharrones sobre la playa, frente a la escultura. Del sol lo protegen sus mangas largas, la gorra y una pequeña sombrilla sostenida por su hielera. Aquí no necesita tocar su campana para atraer a los clientes. Los turistas acalorados, a los que les viene bien un refrigerio helado, caminan hasta este punto del muelle para tomarse una foto con la escultura más viral del momento.
Bernardo me comparte que, desde que corrieron los rumores de que un grupo de yucatecos estaba retirando al Poseidón, había siete medios de comunicación grabando en directo para comprobar que seguía allí. Medios que, de no ser por un meme y un huracán, probablemente solo se habrían dado cita para grabar el arribo de Beryl, que a su paso por Texas dejó a millones sin luz y cobró la vida de al menos cuatro personas.
Se fue la tormenta pero el debate continúa más tormentoso que antes. Los yucatecos se encuentran polarizados. Gupi, una usuaria de TikTok, comienza su video viral diciendo “Yucatán es demasiado ambiente para el resto de México”. Aclara que lo de Chaac vs. Poseidón nunca dejó de ser una broma para los yucatecos, que llegó a otros estados en los que se ridiculizó a Yucatán tras tomarse en serio una broma. “Me asusta que haya gente allá afuera que crea que es en serio todo lo que estamos diciendo”, confiesa indignada. En los comentarios cientos de usuarios le dan la razón.
En contraste, Carlos Orlando Pérez Zaldívar, yucateco mayahablante, interpuso una demanda de amparo para que se retire la estatua. Declaró a La Jornada Maya: “Como persona indígena maya tengo el derecho a que se privilegie la preservación de mi cultura, gastronomía, deidades, lugares sagrados, monumentos, etcétera. Este derecho me lo otorga el artículo 2, apartado A, fracción IV, tengo el derecho a la preservación de mi cultura. El dios Chaac forma parte de mi cultura maya”.
En las últimas horas de Beryl por Yucatán, circularon memes porque, en un giro de película de acción, la tormenta saldría por Progreso. Muchos medios grabaron en vivo lo que sería la batalla final entre los dioses Chaac y Poseidón, junto a decenas de personas en la playa. La batalla fue anticlimática en todos los sentidos.
Si la demanda de Carlos Orlando procede, un juez podría ordenar que se retire la estatua. Inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente ya visitaron al Poseidón para clausurarlo, ya que no cuentan con la autorización de impacto ambiental. En esta lucha de identidad, medio ambiente y tradición, que para algunos es una broma que se salió de control, la batalla apenas comienza.