Prohibido olvidar que Kathleen Hanna, vocalista de Bikini Kill, fue la mente maestra detrás de «Smells Like Teen Spirit»
La cantante tenía una relación muy cercana con Kurt Cobain, por lo que una broma local sobre el nombre de un desodorante le dio vida a este clásico musical
El mundo entero se encuentra lleno de canciones, pero hay pocas que han logrado definir a generaciones enteras, dando forma a un sonido, un estilo de vida e incluso un movimiento cultural y este fue el caso de «Smells Like Teen Spirit«. Lanzada en 1991 como parte del disco «Nevermind«, la interpretación de Nirvana se convirtió en un himno entre las y los jóvenes que buscaban identificarse con algo, creando también una revolución musical que marcaría el final de la era del hair metal y el inicio del grunge.
Su pegajosa melodía, junto con la actitud de desprecio hacia las convenciones sociales y musicales, lo convirtió en un éxito global instantáneo. Sin embargo, detrás de esta canción, que parecía haber surgido de la nada, hay una figura crucial cuya influencia ha sido hasta cierto punto oculto: Kathleen Hanna, vocalista de Bikini Kill y pionera del movimiento Riot Grrrl.
La historia de cómo Hanna fue la mente maestra detrás de «Smells Like Teen Spirit» no solo es un testimonio de la importancia de su influencia en la música de la época, sino también un recordatorio de que el feminismo, el punk y la rebeldía son los cimientos de muchas de las canciones más emblemáticas de la historia, por lo que debemos seguir nombrando a las pioneras más subversivas y más radicales de la música.
Una conexión oculta: Kathleen Hanna y la creación de «Smells Like Teen Spirit»
En 1991, Nirvana estaba en su momento de mayor exposición, pero aún no había alcanzado el estatus que el grunge les otorgaría en los años posteriores; por ello, durante sus primeras giras, Kurt Cobain luchaba por encontrar su lugar en la escena musical, dominada en gran parte por el exceso de producción y la estética del rock convencional. A pesar de estar en contacto con la escena indie, Cobain se sintió alienado por la falta de una identidad clara para su banda y fue entonces cuando Kathleen Hanna, quien había estado haciendo olas en la escena musical con su banda Bikini Kill, entró en la ecuación.
Kathleen Hanna, una joven apasionada, había comenzado a hacer ruido con Bikini Kill, una banda que se convirtió en estandarte del movimiento Riot Grrrl, un subgénero del punk que buscaba empoderar a las mujeres dentro de un espacio dominado por hombres. A través de sus letras crudas, directas y feministas, Bikini Kill se había convertido en una voz para las mujeres que luchaban por ser escuchadas dentro de la escena musical, pero más allá de sus canciones, Hanna había creado una subcultura que había conquistado el underground estadounidense.
En 1990, en un industria donde las bandas de chicas eran escasas y rara vez recibían la atención que merecían, Bikini Kill era una pieza central en la rebelión feminista dentro del punk, pues a medida que sus shows se volvían más intensos y su mensaje fue ganando tracción en círculos más amplios. Kathleen Hanna no sólo era solista la vocalista de una banda, era una revolucionaria en la música, por lo que su actitud y estilo atrajeron la atención de muchos músicos, incluido Kurt Cobain.
Fue una noche de agosto cuando un incidente aparentemente trivial en la ciudad de Olympia, Washington, dejó una huella indeleble en la historia de la música. Aquel verano, Kurt Cobain y Kathleen Hanna se encontraron cerca de una clínica para adolescentes embarazadas, pero en lugar de ofrecer servicios de aborto, la clínica tenía un enfoque «pro-vida», alentando a las jóvenes a continuar con sus embarazos bajo la premisa de que, al hacerlo, estarían salvando sus almas e impidiendo el castigo eterno del infierno.
De una broma local al éxito más importante de Nirvana
Más tarde esa noche, después de una larga jornada marcada por la ebriedad, Kurt y Kathleen regresaron al motel en el que el líder de Nirvana se alojaba; mientras Kurt dormía profundamente, Kathleen, movida por la mezcla de alcohol y creatividad, tomó un marcador y escribió en la pared: “Kurt smells like Teen Spirit” (Kurt huele a desodorante Teen Spirit).
Esta frase, que podría parecer un simple juego de palabras, tenía un significado mucho más profundo ya que «Teen Spirit» era una marca popular de desodorante en aquellos días y, según cuenta la historia, la frase hacía referencia a Tobi Vail, la baterista de Bikini Kill con quien Kurt estaba entablando una relación amorosa. Tobi usaba dicho desodorante y la frase, según Kathleen, se había convertido en una especie de marca personal que Kurt había adoptado como una esencia de su vínculo con Vail.
Lo que parecía un acto impulsivo de rebeldía y descontrol pronto se transformaría en el germen de una de las canciones más emblemáticas de la historia del rock; de esta forma, el título “Smells Like Teen Spirit” pasaría a ser mucho más que una referencia a un desodorante oa una relación pasada ya que el concepto se convertiría en un himno para una generación entera, encapsulando la frustración, el anhelo y la confusión de la juventud en una época marcada por el desinterés por las normas establecidas, la alienación y la necesidad de pertenecer a algo más grande que uno mismo.
Pero la creación de «Smells Like Teen Spirit» no fue un proceso que quirúrgica de manera inmediata, pues en el transcurso de los siguientes meses, Kurt Cobain y sus compañeros de banda, Krist Novoselic (bajista) y Dave Grohl (baterista), comenzaron a trabajar en nuevas canciones para el que sería su segundo álbum de estudio, «Nevermind». Durante este periodo, Kurt, conocido por su intensidad creativa ya tenía la idea de lo que quería transmitir, pero el proceso de darle forma a la canción no fue tan sencillo como podría parecer.
Hoy, más de tres décadas después de su lanzamiento, «Smells Like Teen Spirit» sigue siendo una de las canciones más representativas de la historia del rock. A pesar de la muerte de Kurt Cobain en 1994 y el paso del tiempo, la canción sigue resonando con nuevas generaciones de oyentes. Su influencia es innegable: ha sido citada como inspiración por innumerables músicos, y su riff sigue siendo uno de los más reconocidos y reverenciados en la historia de la música.
Bikini Kill y el movimiento riot Grrrl: Revolución musical y social
Más allá de «Smells Like Teen Spirit«, la importancia de Kathleen Hanna y Bikini Kill en la música y en la sociedad estadounidense durante los años 90 no puede subestimarse, pues Bikini Kill fue una de las primeras bandas en desafiar las normas del punk de la época, llevando la lucha feminista al escenario de forma cruda, directa y desafiante.
El movimiento Riot Grrrl, que Hanna ayudó a fundar, se convirtió en una respuesta a la dominación masculina dentro de la escena del punk. A través de su música, zines (fanzines), arte y actitud, las chicas de Bikini Kill rompieron con las convenciones del rock tradicional, insistiendo en que las mujeres tenían tanto derecho como los hombres a crear, a ser escuchadas ya ocupar espacios dentro de la música. El grunge, aunque generalmente asociado con bandas masculinas como Nirvana y Pearl Jam, también fue profundamente influenciado por la actitud y las ideas de las mujeres en la escena punk, especialmente por el movimiento Riot Grrrl.
Bikini Kill, a través de su postura política y sus letras específicamente feministas, abrió un espacio para las voces femeninas dentro de un género musical que estaba dominado por hombres. Canciones como «Rebel Girl» se convirtieron en himnos de la juventud rebelde y la banda nunca tuvo miedo de confrontar temas como la violencia sexual, la misoginia y las dificultades emocionales de las mujeres.
Hanna y sus compañeras de banda no solo se dedicaron a hacer música; trabajaron incansablemente para crear una plataforma de visibilidad para las mujeres en un espacio musical y cultural que las había ignorado durante años. El movimiento Riot Grrrl, aunque muchas veces malinterpretado como una simple moda o subgénero del punk, fue en realidad una verdadera revolución cultural. Las bandas del movimiento cuestionaban las normas de género, luchaban contra el sexismo y promovían la igualdad de derechos para las mujeres. Sin embargo, su influencia no se limitó al punk ya que también impactó también a otros géneros musicales, como el grunge, el indie rock y el pop.