¿Por qué México no está en la lista de países sin visa para viajar a China?
Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay podrán entrar a China; la decisión llega en un momento clave para su política exterior.

EXCELSIOR
A partir del 1 de junio de 2025, los ciudadanos de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay podrán entrar a China sin necesidad de una visa para estancias de hasta 30 días. La medida, que estará vigente hasta el 31 de mayo de 2026, fue anunciada por el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian, y busca “facilitar aún más los intercambios entre pueblos y fomentar la cooperación amistosa”.
La decisión llega en un momento clave para la política exterior de China. Apenas días antes, Beijing fue sede de la cuarta reunión ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en la que participaron las principales economías de la región.
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¿China le exentó la visa a México?
Respuesta corta: no. La exclusión de México del programa de exención de visado llama la atención, especialmente, por su peso económico y político en la región, principalmente por las importaciones. El Gobierno mexicano no ha emitido un posicionamiento oficial al respecto, a pesar de haber estado presente en la cumbre ministerial celebrada en Beijing.
La política sin visado se enmarca dentro de una estrategia más amplia de China para reactivar su turismo y proyectar influencia. Desde finales de 2023, Beijing ha implementado medidas para facilitar el ingreso de extranjeros, incluyendo un tránsito sin visa de hasta 240 horas y acuerdos de entrada mutua con países como España, Uzbekistán y varios estados del sudeste asiático.
“Damos la bienvenida a más amigos extranjeros para que visiten China y experimenten la colorida y vibrante China”, afirmó Lin Jian.
Los resultados ya se reflejan en cifras. Shenzhen, ciudad tecnológica al sur de China, ha registrado más de 152 mil entradas de extranjeros sin visado en 2025, lo que representa un aumento del 160.3% interanual. A nivel nacional, el total de viajeros sin visa alcanzó los 20.1 millones, un aumento del 112% en comparación con el año anterior.
China ha dejado abierta la puerta para ampliar esta política. Xi Jinping declaró que se aplicará a “más países de la región a su debido tiempo”.
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El factor geopolítico: CELAC, Washington y las rutas de la seda
Más allá del turismo, la movida china tiene implicaciones geopolíticas profundas. El IV Foro Ministerial China-CELAC, celebrado este 13 de mayo en Beijing, no fue un evento protocolario más. Xi Jinping aprovechó la ocasión para ofrecer una visión de cooperación a largo plazo.
El presidente chino destacó que América Latina “no es el patio trasero de nadie”, en una clara alusión a la influencia estadunidense. Y ofreció datos: más de 200 proyectos de infraestructura chinos en la región, un millón de empleos creados, más de 17 mil becas académicas, 68 Institutos Confucio en 26 países y 518 mil millones de dólares en comercio bilateral en 2024.
En su intervención, Xi Jinping subrayó que China “continuará expandiendo su política de apertura” y dio la bienvenida a más ciudadanos latinoamericanos para “visitar, explorar y experimentar la vitalidad y diversidad” del país. Cinco países latinoamericanos —Chile, Perú, Costa Rica, Ecuador y Nicaragua— ya han firmado tratados de libre comercio con China. Y 20 países se han sumado a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el megaproyecto global de infraestructura e inversión promovido por Beijing.
Al encuentro acudieron los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Chile, Gabriel Boric; y de Colombia, Gustavo Petro.
Petro anunció que firmará una “carta de intención” para unirse a la Franja y la Ruta. “El diálogo con Norteamérica no avanza”, expresó el mandatario, apostando por una diplomacia “libre de autoritarismo y de imperialismos”.
Gabriel Boric fue más sutil, pero igual de firme: “El comercio es el encuentro entre pueblos y nosotros queremos encontrarnos con todos los pueblos, no tener que optar por uno u otro por imposición”.
El mandatario brasileño, Lula da Silva, fue directo: “El sistema actual de gobernanza global ya no refleja la diversidad que habita la Tierra”. El mensaje, implícitamente, fue un llamado a mirar hacia otras potencias ante la pérdida de legitimidad de Estados Unidos en la región. Una narrativa con la que México ha mantenido cautela, apostando a una relación más equilibrada con Washington.
dmr