Brasil 1-0 España (1T)

bracilEspaña es ahora mismo el sinónimo de juego efectivo, de buen trato del balón y la consecución de títulos. Brasil pasa por una regeneración, está en la búsqueda de esa esencia que lo llevó a ser la mejor selección del mundo. España es una realidad y Brasil el deseo de ser. Ambos se citan en Maracaná para medir sus estados. Por fi n el duelo más esperado de los últimos años en un campo mítico, con jugadores de amplio talante como Andrés Iniesta y Neymar.

La Roja llega como un rival de mucho cuidado a la casa del futbol brasileño. El pueblo sudamericano anhelaba medirse a los europeos, pero visto como ha transcurrido el torneo le consideran el adversario más peligroso.

Los últimos años de España han sido de ensueño, desde la Eurocopa de 2008, el equipo, que entonces era dirigido por Luis Aragonés, encontró un estilo al que se ha apegado de manera irrefutable. No renuncia España a sus principios fundamentales, con la pelota como fiel compañera, La Roja conquistó el Mundial de Sudáfrica y revalidó el título europeo el año pasado, ante Italia. La magia de España pasa por Andrés Iniesta, se gesta en Xavi, se palpa en Busquets, se refuerza en Ramos y Casillas y se concreta en Torres, Navas, Mata, Cesc.

Brasil es una cara opuesta, una escuadra que perdió el rumbo en las últimas competencias en las que ha tenido presencia. Desde el Mundial de 2002, justo con Luiz Felipe Scolari, Brasil ha ido de más a menos.

Los últimos tiempos han sido carentes de buenos resultados, sobre todo escasos de buen futbol. Sin el brillo y la magia que caracterizaba a un pueblo que transpira futbol, tanto que en esta misma Copa, Brasil se ha olvidado de la imagen del mítico 10, aquellos años de RaíLeonardo, Rivaldo, Ronaldinho, Kaká… son buenos recuerdos.

Porque a Neymar apenas se le está encomendado esa tarea. A la cita de este día llega España como favorito, sobre todo porque en la fase de grupos fue más reconocible que Brasil. El estilo de La Roja no se negocia, sus jugadores lo manejan con los ojos cerrados, habrá que ver cómo está en la cuestión física, pues la semifinal ante Italia fue extenuante, pero la idea de levantar el único título que les falta, en la misma casa de Brasil, es una motivación tan grande y eso hace que la cabeza pueda más que las piernas.

Las muecas de Brasil no han sido las mejores, aunque acabó invicto en la fase de grupos, Uruguay le sacó los colores y demostró que un equipo de buena pasta le puede meter en aprietos. La bandera de Felipao radica en Neymar, pero sobre todo en el factor local, a lo que pueda ofrecer en la cancha.

Vicente del Bosque, entrenador de España, destacó que una de las claves para ganar el título será mantener la esencia de lo que ha sido La Roja en los últimos años.

“Debemos ser nosotros mismos sin tener excesiva preocupación en el contrario porque puedes perder tu identidad. No somos soberbios, como si no existiera el contrario, pero tampoco debemos estar sometidos a los que ellos marquen. Ni ellos son tan buenos como eran antes ni nosotros somos los mejores”.

Sobre el desgaste físico, Del Bosque apuntó que sus jugadores “están ilusionados de jugar en Maracaná. Eso en jugadores con tantas batallas, que han jugado en los mejores campos contra los mejores rivales, que sientan esa ilusión te das cuenta que la vida es un sueño en el que se van cumpliendo retos”.

Mientras, Luiz Felipe Scolari hizo lo posible por marcar el terreno entre uno y otro equipo, comentó que tenía poco que hablar de España y que “solo tengo que hablar con mis jugadores. Respeto mucho a España, pero Brasil es Brasil y jugamos en casa”, descartó “hablar de favoritos, España en los últimos seis años lo ha ganado todo, ha jugado con el mismo equipo y que es un gran equipo, pero Brasil también es un gran equipo y vamos a jugar con humildad, fuerza y espíritu ante ellos”. Incluso fue más allá y llegó a decir que el ciclo de España tiene fecha de caducidad.

“Nosotros jugamos bonito un Mundial y no ganamos (1982). La selección española ha jugado bien, bonito y ha ganado. Pero es una generación que se acaba en dos años, no se olviden, porque los más jóvenes no tienen el mismo estilo”.

Brasil anda temerosa, la historia del Maracanazo, en aquella Final del Mundial de 1950, cuando Uruguay les ganó un título, amenaza con repetirse en la Copa Confederaciones. Hoy el “juego bonito” debe privar en el campo de juego, los actores lo garantizan. España desea mantener su hegemonía y Brasil que puede volver a ser lo que fue.