¿Cómo sería China, si Mao viviera?

55cfdb26c661bLa abolición del sector privado en China y el regreso a una economía dirigida arrojaría una tasa de crecimiento medio anual del PIB del 4 al 5 por ciento desde ahora hasta el año 2050.

Con la desaceleración de la economía china y el estallido de la burbuja del mercado de valores, hay debates dentro y fuera del país sobre cómo garantizar que la nación más poblada del mundo continúe siendo el mayor motor del crecimiento global.

Probablemente lo único en que todas las partes concuerdan es que el regreso al totalitarismo colectivista de la economía maoísta sería una mala idea. Sin embargo, según una investigación realizada por un grupo de destacados economistas, quizás las autoridades chinas no deberían descartar esa idea con mucha premura.

En el informe, los cuatro economistas, que trabajan en el Banco de la Reserva Federal de Dallas, en Princeton, en Yale y en el Instituto de Estudios Políticos de París, examinaron los índices de productividad y crecimiento de China en el apogeo del periodo maoísta y los extrapolaron para predecir cómo crecería China entre hoy y el año 2050 si el país regresara a esas políticas.

Llegaron a la conclusión de que la abolición del sector privado en China y el regreso a una economía dirigida arrojaría una tasa de crecimiento medio anual del PIB del 4 al 5 por ciento desde ahora hasta el año 2050.

Esas cifras son solamente un punto porcentual más bajas que la tasa de crecimiento promedio que pronostican que China logrará si continúa con las reformas basadas en el mercado que se iniciaron a finales de la década de 1970 y a las cuales se les atribuye el haber sacado de la pobreza a cientos de millones de personas en unas pocas décadas.

«Nuestro modelo es esencialmente un ejercicio contable que nos permite descubrir los factores clave del crecimiento de China durante y después de la era de Mao», dijo Aleh Tsyvinski, profesor de economía de la Universidad de Yale y coautor del informe. «La idea principal de nuestros hallazgos es que, contrariamente a los conceptos erróneos comunes, el crecimiento de la productividad durante el mandato de Mao, sobre todo en el sector no agrícola, fue en realidad bastante bueno.»

Asumiendo que exista una continuación de las políticas actuales, el periódico predice que la economía china se expandirá de un 7 a un 8 por ciento durante los próximos 10 años, y el crecimiento se desacelerará hasta el 5.2 por ciento en promedio entre 2024 y 2036 y luego hasta una tasa de apenas el 3.6 por ciento entre 2036 y 2050.

Esa cifra es más baja que la tasa de crecimiento del 3.9 por ciento que predice para los años entre 2036 y 2050 si China regresara a las políticas maoístas introducidas a raíz de la desastrosa campaña del Gran Salto Adelante, en la cual entre 30 millones y 40 millones de personas murieron a causa de una hambruna que fue, en gran medida, el resultado de la mala gestión económica.

Los autores del informe se enfocaron solamente en factores económicos y no consideraron el impacto de las políticas individuales ni los enormes costos sociales de los «brutales» movimientos y purgas políticas de Mao, que provocaron millones de personas muertas, condenadas al ostracismo o encarceladas en los gulags.

En contraste con sus conclusiones sobre la economía maoísta, un informe anterior de estos cuatro coautores, quienes son todos étnicamente rusos, titulado «¿Fue Stalin necesario para el desarrollo económico de Rusia?» concluyeron que las políticas de industrialización y colectivización de Stalin fueron desastrosas, incluso en términos puramente económicos.

El endurecimiento del gobierno autoritario por parte del presidente de China, Xi Jinping, y su gusto por las citas de Mao han provocado que algunos funcionarios reformistas lo acusen de intentar regresar a los días oscuros del totalitarismo maoísta. Pero casi nadie espera seriamente que él y su administración supriman o hagan retroceder significativamente las reformas de mercado que han ayudado a hacer de China una superpotencia ascendente y la mayor economía del mundo en términos de poder adquisitivo.